La ciudad de Calcuta, oficialmente conocida como Kolkata, representa uno de los mayores desafíos urbanos de la India moderna. Con una población de más de 4.5 millones de habitantes en la ciudad propiamente dicha y más de 14 millones en su área metropolitana, es la tercera aglomeración urbana más grande del país.
Los slums de Calcuta enfrentan desafíos significativos en términos de seguridad alimentaria y nutrición infantil, con tasas alarmantes de desnutrición que afectan el desarrollo y bienestar de los niños más vulnerables. Las familias en los slums enfrentan niveles críticos de pobreza, con ingresos bajos y educación limitada, factores que contribuyen directamente para agravar la situación.
La densidad poblacional de 21,820 habitantes por km² presenta desafíos logísticos significativos, pero también oportunidades para crear impacto a escala. La tasa de alfabetización del 80.86% sugiere un potencial para programas educativos complementarios.
Situada en el delta del Ganges, a una altitud de entre 1.5 y 9 metros sobre el nivel del mar, Calcuta enfrenta desafíos significativos debido a su ubicación y clima. La ciudad recibe 1,582 milímetros de precipitación anual, principalmente durante el monzón, lo que afecta directamente a las comunidades más vulnerables.
Aproximadamente el 25% de la población urbana reside en condiciones precarias, caracterizadas por el hacinamiento y acceso limitado a servicios básicos.
Calcuta es tristemente célebre por tener el mayor número de personas sin hogar viviendo en las calles. La ciudad experimentó un declive económico significativo después de la independencia india en 1947, aunque ha mostrado signos de recuperación desde los años 2000.
La población de Calcuta es predominantemente bengalí, con una rica mezcla de hindúes (77.68%) y musulmanes (20.27%).
A pesar de las adversidades socioeconómicas, la comunidad mantiene fuertes lazos sociales y una rica herencia cultural, lo que facilita la implementación de programas comunitarios de apoyo.
Sin embargo, la diversidad cultural influye en la implementación de programas de ayuda alimentaria, requiriendo sensibilidad hacia las diferentes prácticas dietéticas y religiosas.
En 2011, Fundación Europamundo, en colaboración con la ONG Amavida y su contraparte Joyjeet Das Memorial School, implementó un programa de alimentación que benefició a 400 niños entre 2 y 15 años en los slums (barrios marginales) de Calcuta, asegurando al menos una comida nutritiva diaria.
Al proporcionar una comida diaria, el programa no solo combatió el hambre sino que también incentivó la asistencia escolar.
Se estableció un sistema de alimentación diaria que garantiza el aporte nutricional necesario para el desarrollo saludable de los niños beneficiarios.
Se implementaron programas de concientización sobre la importancia de una alimentación balanceada, tanto para los niños como para sus familias.
Se fomentó la participación activa de la comunidad en la implementación y sostenibilidad del programa alimentario. El programa fortaleció el tejido social de los barrios marginales.
En una ciudad donde la contaminación y las enfermedades respiratorias son preocupaciones graves, una nutrición adecuada resulta fundamental para la resistencia inmunológica.
El Food Program en Calcuta representa un ejemplo de cómo la intervención focalizada puede crear un impacto significativo en comunidades vulnerables. En una ciudad que ha sido símbolo de pobreza urbana, iniciativas como esta demuestran que el cambio positivo es posible mediante esfuerzos coordinados y sostenidos. La iniciativa abordó directamente el ODS 2 (Hambre Cero) en una de las áreas más necesitadas del mundo.
Años: 2011, 2012.
El impacto a largo plazo se refleja en:
Además del ODS 2 (Hambre Cero), el programa impactó indirectamente en: